¿Sabía Usted Que…?

¿Sabía Usted Que…?

La miel fue uno de los alimentos más populares entre el pueblo de Israel. Se convirtió en un símbolo de la abundancia y bendiciones de Dios, El cual describe a Canaán, como una tierra de leche y miel.

“Come, hijo mío, de la miel, porque es buena…” Prov. 24:13

Quien escribió este proverbio (varios siglos antes de Cristo) sabía lo que estaba hablando. Generaciones de abuelas han usado la miel caliente para calmar dolores de garganta. Egipcios, griegos y romanos descubrieron que la miel frotada en las heridas cura en una forma más rápida y efectiva. Siglos después durante los años 70 se llegó a la misma conclusión que las heridas quirúrgicas  sanaban de una forma rápida y con menos infecciones secundarias al implementar la miel en estos procedimientos médicos que cuando solamente se usaban los antibióticos estándares, eliminando las bacterias peligrosas en el interior como el exterior del cuerpo, dentro de ellas las que causan infecciones estomacales. Recientemente en el Sur de África de acuerdo a las estadísticas en este país investigadores encontraron que la miel hizo un trabajo maravilloso eliminando enfermedades mortales con síntomas relacionados con la diarrea, salmonella, shigella, y cólera.

El pueblo de Israel le atribuía un profundo significado a nombrar a los hijos. A diferencia de la actualidad donde los padres comúnmente elijen los nombres a menudo mucho tiempo antes del nacimiento del niño en base a la popularidad cultural, la tradición familiar, preferencia personal o sonoridad, los padres israelitas tendían a seleccionar los nombres basándose en las circunstancias que rodeaban al nacimiento o en palabras que se dijeron cerca del momento del mismo. Por ejemplo, en Génesis 35:18  leemos que Raquel, muriendo mientras daba a luz, llamó a su hijo Benoní (hijo del dolor), aunque Jacob le cambio el nombre y lo llamó Benjamín (hijo de la mano derecha)

Una gran mayoría de personas creen que Jesús fue sometido a juicio en una sola ocasión, pero los Evangelios señalan que Jesús atravesó seis juicios distintos.

Ante Anás- Juan 18:12-24

Ante Caifás- Mateo 26:57-58

Ante los sumos sacerdotes y los ancianos- Mateo 27:1-2

Ante Poncio Pilato- Juan 18: 28-38

Ante Herodes- Lucas 23: 8-12

Ante Poncio Pilato- Mateo 27: 15-26

Jesucristo no solo fue el fundador inicial de la Iglesia, sino que es su gobierno y cabeza permanente. Isaías, cuando predijo la venida de Cristo, declaró que estaría “el principado sobre su hombro” (9:6). Y nuevamente, leemos que “Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia,

….para que en todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18)

La naturaleza general del gobierno de la Iglesia era, entonces, teocrática. Cristo era rey, legislador, gobernador y administrador. Su gobierno era un dominio moral y espiritual. Fue solamente cuando se perdió de vista la unión viviente y vital entre Cristo y su Iglesia que los hombres comenzaron a tratar de fortalecer los lazos de unión externa por medio de la organización y la autoridad humanas, que no se conformaban con las sagradas escrituras. En la Iglesia primitiva tanto la organización como la autoridad gubernamental se originaron en Cristo por medio de la operación del Espíritu Santo. “Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso” (1Corintios 12:18). Él les dotó de varios dones; y estos dones, combinados con todas las otras cualidades, otorgándole a cada miembro su lugar particular en el cuerpo. También, determinó la naturaleza y la extensión de su trabajo y autoridad en el cuerpo. Por esto, la organización era divina. (Efesios 4: 8, 11: 12; 1 Corintios 12 y Romanos 12: 4-7)

 

 

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