ESQUINA JUVENIL

Colosenses 3: 20 “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.”

Al observar a nuestros alrededores podemos ver la triste condición en que vive la juventud de hoy y el estado de decadencia en que ésta se encuentra. Muchos son los que a través de libros y programas educativos han tratado de brindar una solución  a esta gran realidad que cada día deteriora mas a los niños, adolecentes y jóvenes. Han tratado de hallar la respuesta en diferentes medios humanos, olvidándose completamente de Dios, el creador de esta humanidad fundada en valores y principios que solo pueden ser alcanzados por medio de sus enseñanzas.

Lo que Dios espera de nosotros como jóvenes cristianos se basa firmemente en los principios Bíblicos, es mi deseo a través de este medio, compartir este principio, el cual se pasa por alto y se menosprecia en esta sociedad, pero que debemos practicar continuamente como hijos de Dios. Es el principio de HONRAR A NUESTROS PADRES.

¿Qué significa honrar a nuestros padres?

La palabra griega para Honor, significa venerar, apreciar y valorar. Honor es darles ese respeto, no solo por merito, sino también por rango; por ejemplo, algunos pueden no estar de acuerdo con las decisiones de las autoridades, pero aun así les debemos respeto por la posición que representan. Similarmente los hijos debemos honrar a nuestros padres, sin importar sin son “merecedores” del honor o no. Dios nos exhorta a que honremos a nuestros padres. Él lo valora lo suficiente como para incluirlo dentro de los diez mandamientos, en Éxodo 20:12 dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”

¿Es un requisito que los padres sean dignos de honra para honrarlos? NO; si leemos cuidosamente este pasaje podemos apreciar que el mandamiento de honrar a los padres no hace ninguna excepción para los hijos cuyos padres quizás no hayan sido el mejor ejemplo paternal. Sin dejar de mencionar que no todo los padres merecen el mismo grado de honra, no podemos honrar a todos de forma igual.

El apóstol Pablo en su carta a los efesios observa que este es el único mandamiento con promesa (…para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.) Efesios 6:2-3 La promesa nos brinda bienestar y larga vida, llegando a la conclusión de que la obediencia a este principio fundamental tendrá consecuencias directas en nuestra vida.

Salomón exhortaba a los hijos a respetar a sus padres. Proverbios 1:8; 13:1

Jesús, el mayor ejemplo de todos nos enseñó a honrar, a obedecer a nuestros padres, el se sometió a sus padres terrenales y a su padre celestial.

En Mateo 15:3-9 Jesús les recuerda a los fariseos el mandamiento de Dios, de honrar a nuestros padres, ellos estaban obedeciendo la letra de la ley, añadiendo sus propios conceptos y doctrinas de hombres que esencialmente la anulaban. Mientras que honraban a sus padres de palabra, sus hechos probaban el verdadero motivo de su corazón. Honrar es más que un servicio de labios, la palabra honor en este pasaje es un verbo y como tal, requiere elegir una acción correcta.

1Corintios 10:31 nos relata que todo lo que digamos o hagamos, debemos hacerlo para la gloria de Dios, debemos honrar a nuestros padres de la misma forma que nos esforzamos para darle la gloria a Dios, en nuestros pensamientos, palabras y acciones.

Muchos vivimos en hogares cristianos, otros no, a pesar de esta diferencia, la palabra Honra no es alterada, mantiene el mismo significado y es nuestro deber como hijos efectuarla en la relación con nuestros padres.

Observemos ciertos conceptos que nos pueden ayudar a llevar esto a cabo,  Toda autoridad nace en Dios, la posición de los padres con sus responsabilidades es un cargo otorgado por Dios.

Es necesario honrarlos de corazón, con sumisión, respeto, lealtad, agradecimiento y mansedumbre. Sin estas cualidades será imposible encontrar a ese padre digno de honra.

Mientras que nos enfoquemos en las faltas de nuestros padres terrenales, nos será difícil darles ese lugar de honra, pero si nos enfocamos en Dios y su gloria, no habrá nada que nos impida hacerlo. El honor y la obediencia a ellos terminan siendo honor y obediencia a Dios.

En el periodo de la adolescencia hacia la juventud y a medida que vamos creciendo espiritualmente muchas preguntas empiezan a desarrollarse en nuestra mente, dentro de ellas algunas relacionadas con este aspecto, ¿Cómo puedo honrar a mis padres?, ¿Cómo llevarlo a cabo? Es necesario que entendamos que para tener una relación saludable con nuestros padres debemos poner varios factores en práctica:

Desarrolle la costumbre de expresar sus sentimientos de cariño, respeto, agradecimiento hacia ellos.

Comparta sus planes y futuras aspiraciones, no tan solo los planes semanales, si también los de años venideros, uno de los problemas más comunes en la relación de padre a hijo es la falta de comunicación.

Pida consejos, muéstrele que su opinión es importante para cualquier decisión en tu vida.

Valore el tiempo familiar y atesórelo, haga tiempo para ellos, si tiene que posponer planes, hágalo, llegará el tiempo en que recordará su vida como joven y deseará volver atrás y pasar un tiempo con sus padres.

El principio Bíblico  de honrar a los padres sigue vigente durante toda la vida, ciertamente que nuestras vidas cambian al pasar los años, de la niñez a la adolescencia y de la madurez a la vejez. Sin embargo a través de toda la vida hay diversas maneras de expresarles a nuestros padres el respeto y la honra.

El legado familiar ejerce una influencia profunda en nosotros. La familia de esta sociedad sin Dios ha menospreciado este principio, esta condición lo están heredando los hijos, los nietos y bisnietos de miles y miles en este mundo. Es nuestro deber como jóvenes cristianos, como Iglesia, en vivir de acuerdo a este fundamento declarado en la palabra de Dios, y así podremos darle a nuestra descendencia un legado de bendición. Amén.

POR: Juan Gonzalez



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