En Memoria

 


Natalie Marie Rosales

Nuestra querida Natalie. Así es como todos nosotros sentimos llamarla. Nacida de la unión matrimonial de los hermanos Rosales, Miguel y María del Carmen, Natalie partió con el Señor en Abril 27, 2012. Solo tenía 20 años de edad. Su partida fue inesperada (pues no estaba enferma) y rápida. Todos fuimos sorprendidos aquella noche triste.

Para sus padres, su hermano Esteban (19 años) y Sofía (9 años) este golpe ha sido durísimo, no solo por ser parte de una familia, sino por las cualidades y personalidad de esta joven, seguidora de Jesús. Personalmente, Natalie era como una nieta en nuestra familia. Es por eso que con un gran sentir escribo estas líneas. Siempre los que parten son extrañados, pero cuando es alguien como lo fue Natalie, que se ganaba el corazón de todos los que la llegaban a conocer, extrañar toma otro nivel.

Para los que no la conocieron como nosotros la conocimos, no es fácil describirla. Sin embargo, haré un humilde esfuerzo. Está joven se entregó al Señor a una tierna edad, y a medida que fue creciendo su amor por el Redentor también lo hizo. Amaba la vida, siempre mostrando alegría y una sonrisa amplia. No me recuerdo haberla visto enfadada o enojada. Era muy difícil conocerla y que no dejara una huella en el corazón. Fue un ejemplo en su vida cristiana. No solo un ejemplo en su porte, pero en sus acciones. Su peso por las almas era genuino. Amaba estar en los cultos y en las actividades de la congregación. Como parte del coro de la iglesia, era una de las que disfrutaba las prácticas (algo que no es muy común). Natalie caminaba como una princesa, no con orgullo, sino con una dignidad que sobresalía. Compasiva, santa en  su vivir, amable, obediente a sus padres, amorosa con sus hermanos. Ella y su hermano Esteban tenían una afinidad muy especial, lo cual no siempre se alcanza entre hermanos carnales.

¿Cómo explicar su pronta partida? No podemos. Quiero creer que Dios nos la prestó para exhibirla como un trofeo suyo ante una juventud mundana y carnal. Sus alabanzas y testimonios son extrañados en los cultos. Si nosotros la extrañamos, ¡cuánto más sus adoloridos padres y hermanos! Saber que está con el Señor es una gran consolación, pero no quita el dolor de nuestra pérdida. Nos consuela que un día nos reuniremos con ella, mientras tanto tomamos fuerzas de la gracia que Dios nos da diariamente.

Sus padres, diáconos en la congregación de Miami, fieles servidores del Señor Jesucristo, han sido un ejemplo en medio del dolor que todavía sufren. Eso no los ha paralizado en su servicio a Dios, ni los ha sumido en un estado de una tristeza dañina. Agarrados de la mano de Dios han levantado la cabeza para enfrentar el reto de cada día, sin perder el ritmo de los verdaderos santos.

Natalie, te extrañamos diariamente. Pero sobre todo, te seguimos amando y damos gracias a Dios por haberte permito nacer, y dejarnos llegar a ver un producto real de la sangre derramada en el Calvario. Lo importante de la vida no es su largura, sino su calidad. Y de esa calidad tuviste abundantemente, de tal manera que todavía sentimos el rocío en nuestros rostros. Amén

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