Destellos en la Historia
“Firme sobre la Roca estoy”
En cierta ocasión que el apóstol Pablo se encontraba solo antes el emperador romano, el hombre más poderoso en aquellos tiempos, dijo, “cuando me pusieron a juicio, nadie me ayudo…pero el Señor estaba a mi lado. Me dio fuerzas (2 Tim 4:16-17). Siglos más tardes, otro hombre descubrió también que Dios da coraje inexplicable en momentos críticos. El Papa Leo había pedido a Martín Lutero que se retrajera de sus enseñanzas. Lutero respondió quemando las órdenes papales, y su resistencia obligó a Carlos V de España a convocar un congreso imperial en Worms, una ciudad alemana en el rio Rhine. El Papa envió abogados para desacreditar a Lutero, quien determinó defenderse incluso en situaciones de riesgo de vida. “Yo no huiré, aun menos me retractaré”, dijo Lutero, “El Señor Jesús me fortalecerá”, días después dejó Wittenberg emprendiendo un viaje de diez días con tres de sus amigos. Multitudes se reunieron en el camino, a los cuales predicó en cada parada. Al acercarse a la ciudad de Worms, la incertidumbre crecía más y más. Sus amigos le advirtieron que sufriría lo mismo que Juan Huss. Esta fue su respuesta “a pesar que Huss fue quemado, la verdad no fue quemada y Cristo vive todavía”, “Iré a Worms, aunque hayan tantos demonios allí como mosaicos en los tejados”. Su llegada fue anunciada por vigilantes de la ciudad soplando cuernos y miles se reunieron. Desde su carro el exclamo, “Dios será conmigo”. Poco después, estaba ante el emperador Carlos V y el congreso, la tensión era gruesa como niebla, y Lutero, abrumado por los nervios y el momento, parecía colapsar. Pero al día siguiente, siendo fortificado a través de la oración, vociferó su defensa ante aquella acosadora multitud. “No puedo, no quiero y jamás me retractaré…firme estoy, ¡Dios ayúdame! Amén, fueron sus palabras. El congreso estalló en confusión y fue abruptamente interrumpido. Más tarde refiriéndose a su declaración, expresó “Yo no temía a nada; verdaderamente Dios hace de uno alguien lleno de audacia y valentía”. Y tal es el testimonio de aquellos quienes se mantuvieron firmes por Cristo. Martín Lutero es uno de los tantos ejemplos que encontramos en las riquezas históricas que hemos heredado, fueron tiempos que requirieron hombres de este calibre, siervos de Dios, quienes hicieron frente a toda adversidad. El apóstol Pablo nos exhorta a estar firmes en el Señor, como aquel soldado en medio de la batalla, golpeado, cansado, pero no derrotado, está en pie luchando con toda su armadura. Aquel quien espera y confía en Jehová obtendrá la victoria. Amén. (1 Cor. 15:57-58).
“Jesucristo no es una seguridad contra las tormentas, sino que El es una perfecta seguridad en las tormentas.” -Seleccionado