CARGANDO LA CRUZ

CARGANDO LA CRUZ

“tome su cruz y sígame…..”

En el trasfondo de la declaración de Jesucristo, El hizo énfasis  en las consecuencias de no cargar su cruz. No es la de El la que debemos cargar, sino la nuestra.

La cruz no representa las pruebas de la vida o nuestras aflicciones. La cruz realmente no implica “una carga”, sino una MUERTE.  La persona que cargaba su cruz era para morir en ella.

Cargar la cruz nos identifica con el Redentor (Gálatas 6:17). La cruz es el medio espiritual por medio del cual morimos a sí mismos. El “yo” tiene su fin en la cruz. Morir en la cruz es encontrar la vida (Mateo 10:39). Nosotros somos nuestros peores enemigos. La cruz es el único remedio espiritual que acaba con el egoísmo, la vanagloria, la voluntad carnal y la prepotencia.

El “yo” no muere con himnos, alabanzas, oraciones y largas lecturas bíblicas. La guillotina para el “yo” es la

ENTREGA TOTAL DE UNO MISMO EN EL  ALTAR DE LA CONSAGRACION, COTEMPLANDO CON ENTENDIMIENTOS EL SACRIFICIO VICARIO DE JESUCRISTO. Cuando esto se lleva a cabo con fe, se manifiesta una renuncia interna a los derechos de nosotros mismos. Y en esa posición es cuando el Espíritu Santo honra con su Presencia a quien carga la cruz. No es la cruz en sí lo que el Espíritu vigila, sino la actitud con la cual decidimos cargarla. Amén

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