DESTELLOS DE LA HISTORIA

ALEMANIA Y ESCANDINAVIA

Pudiéramos pensar que esto no tiene relevancia en nuestro presente. Realmente, ¿cuánto conocemos de la historia de esas naciones? Sin embargo, el legado que ellos nos dejaron es impresionante. Para el estudiante de la historia cristiana, los destellos de estos lugares remotos llegan con brillantes colores.
Colores de admiración que producen un profundo sentir de gratitud. Conocer que esos lugares fríos y con costumbres tan diferentes a la nuestras, fueron lugares encendidos con el fuego del Espíritu, traen un fuerte esperanza a los anhelos de nuestro corazón.

Alemania fue la cuna de la reformación, conocida después como la reformación protestante. Se le llamó reforma porque un monje llamado Martin Lutero cuestionó la estructura del papismo de Roma. Pero antes de cuestionar ese sistema religioso, Lutero cuestionó su propia relación con Dios. El era producto de las enseñanzas del catolicismo.
Aunque anteriormente he escrito acerca de este monje alemán, en esta ocasión lo menciono como parte de un movimiento que revolucionó a toda Europa. El impacto de su predicación y su protesta no solo derrumbó murallas religiosas en su país, sino que llegó hasta los países escandinavos. Entre los años 1513-1518, mientras disertaba en los libros de los Salmos, Romanos, Gálatas, Hebreos y Tito, para mencionar algunas, su atención fue clavada en Romanos donde el apóstol Pablo exhortó acerca de la justificación (perdón y absolución) por la fe y no por las obras.
Lutero fue un Saulo transformado en un Pablo. Su conversión fue revolucionaría, también lo fue su predicación. El que seguía como profesor en Wittemberg fue recibido por sus estudiantes con un explosivo recibimiento de aceptación.

Sus enseñanzas pusieron su vida en un peligro eminente. Fue llevado a un encuentro con el enviado del papa romano para que se retractara. Pero como una Ester de antaño proclamó que si perecía perecería, pero su posición sería firme. Lutero se sentía libre por primera vez en su vida. Libre de las indulgencias, cansado de ganarse el beneplácito de Dios por sus obras. Agotado a lo máximo en ver como los pobres depositaban su dinero para comprar un perdón para sus pecados y los pecados de sus familiares. En la verdad de la gracia de Jesucristo se paró firmemente. Dios preservó su vida con un propósito específico. Lutero no sería el campeón espiritual de Alemania solamente, también lo sería de toda Escandinavia y de millones en todo el mundo. Escandinavia abrazó con pasión el mensaje libertador del monje alemán. Pocos podían superar la excelentísima educación de Lutero. Era poeta, músico y un orador ungido por el Espíritu. Escondido en un castillo por su amigo Federico El Sabio (como era llamado) pudo traducir el Nuevo Testamento al lenguaje alemán. Dios la había reservado para ese tiempo específico en la historia, pues en ese tiempo la imprenta fue inventada. ¿Casualidad? ¡De ninguna manera! Cuando Dios se propone algo, El hace que sabios vengan desde lejos en busca del Rey que había sido prometido. Cuando Dios se propone algo El hace que emperadores pasen leyes y decretos que hagan que una pareja tenga que ir de Nazaret a Belén, para que así se cumpla la profecía que El Mesías nacería en la pequeña aldea de Belén.

Pero no fue hasta el año 1555 que el catolicismo tuvo que reconocer a los seguidores de Lutero. Se le llamó una reforma porque la intención de Lutero al principio fue la de reformar la corrupta institución católica. En su ingenuidad sincera él creía que era posible esta reforma. Pero a un leopardo no se puede quitar sus manchas. Eso fue entendido por Lutero después.

Los destellos de este esfuerzo reformador en Alemania y Escandinavia alumbraron los sombríos y oscuros cielos del mundo de entonces. Esa luz alumbró el alma de millones de almas, y ellos a su vez siguieron con esa luz hasta llegar él nuevo mundo. ¡Bendito sea Dios!

This entry was posted in 2013, 4-Octubre-Diciembre and tagged . Bookmark the permalink.