Editorial

La nación americana celebró un año más de la Declaración de la Independencia. Este año fue algo muy especial porque el 4 de Julio fue un domingo.

Usamos esa oportunidad, no solo para celebrar ese día tan único en la historia de este país americano, sino para hacer resaltar, con mucha sobriedad el significado de esta libertad que no podemos disfrutarla en ignorancia.

Aún las naciones que no son parte de este día histórico, han sido bendecidas por la existencia de una nación que, aunque no es perfecta, incorpora en sus leyes el más alto grado de aspiración. Los fundadores de este país fueron todos profesantes de la fe cristiana. De ellos 27 eran clérigos ordenados. Es interesante saber que no hubo un ateo ni un agnóstico entre ellos. Por lo tanto, no nos debe sorprender la naturaleza ni el contenido de esta declaración sin igual entre las naciones del mundo.

Estados Unidos de América es conocido como el país de la abundancia, el “sueño americano”, y el lugar de las oportunidades. Pero esta nación es más que eso. Ella (no las administraciones) que en ocasiones ha tenido, es antorcha de los derechos de los seres vivientes que la componen. Su historia es su mejor testimonio. A ella han corrido personas de casi todas las partes del planeta.

Aunque es una nación joven, en comparación a muchas otras naciones, rápidamente subió hasta convertirse en la potencia más grande que existe hoy.

Hay que leer la Declaración de la Independencia y la Constitución de esta nación norteamericana, para poder comprender por qué ha sido el refugio y el socorro para millones que no han nacido en sus tierras.

La Antorcha de la Libertad, que señorea en el puerto de  New York, ha  sido para un grupo innumerable de refugiados, la vista más impresionante de sus vidas al acercarse a las tierras americanas. ¿Qué inmigrante puede olvidarse del impacto de aquella silenciosa señora que empuña una antorcha encendida?

En un tiempo,  cuando los franceses agradecidos a este país (hoy no es así) quisieron mostrar un sentir de apreciación, le hicieron ese regalo a Estados Unidos.

Su mensaje era proclamar un refugio para los desvalidos, los pobres, los perseguidos y destituidos.

El mensaje de la Estatua de la Libertad, nos recuerda a Jesús, el Mesías de Israel, cuando dijo, “Venid a mí, todos los trabajados y cargados y yo os haré descansar”.

“Libertad, libertad, oh, qué buena”… componen las primeras palabras de un antiguo coro. Triste y lamentablemente, cientos de millones de personas no conocen que es la libertad. Muchos de ellos han oído la palabra, pero no la han experimentado. En el mundo que vivimos, una parte impresionante de nuestros semejantes viven esclavizados social, política y espiritualmente. No pueden expresarse, no pueden moverse sin permiso. Ellos no conocen lo que es poder escoger. Nosotros, somos bendecidos en vivir en este país que  un  día nos abrió sus  brazos. En ese tiempo era muy joven para entender que grande era mi privilegio.

Pero, hoy, creo comprenderlo profundamente.

He llegado a amar a esta nación. Mi amor ha crecido al leer extensamente su historia. Es algo impresionante.

Hoy digo sinceramente: “DIOS BENDIGA A AMERICA, TIERRA QUE AMO”.

Creo que esta nación representa hoy, con todos sus defectos, el bastión de la democracia y los derechos del hombre. La libertad y la vida son regalos de Dios. Y bien dijo un conocido ciudadano: “La libertad y la vida son regalos de Dios, y de ambas, la principal es la primera”. ¿Qué importancia tiene la vida sin  la libertad?

Jesús es ambas cosas. El es LA VERDAD Y LA VIDA.

Y gracias al conocimiento cristiano de los fundadores de esta nación, que es Estados Unidos de América, es por lo cual este país ofrece  la oportunidad de alcanzar ambas bendiciones.

Esta nación ha enviado más auxilio que ninguna otra nación a los lugares de desastres de los que han sido víctimas alrededor del mundo. Sin embargo, pocos han venido a socorrer a esta nación cuando lo ha necesitado.

El odio hacia este país es palpable por ciertas filosofías políticas que influencian nuestro mundo, pero a pesar de ello, ¿POR QUE TANTOS QUIEREN VENIR PARA ESTADOS UNIDOS? Si esta nación no fuera tan buena, ¿POR QUÉ MILLONES ARRIESGAN SUS VIDAS PARA SER PARTE DE ESTA SOCIEDAD?

Tenemos que orar por Estados Unidos. Estamos en peligro de que la democracia y la constitución de este país desaparezcan  como el tamo que lo arrebata el viento.

Hoy, más que nunca, se hace imprescindible una visitación del Espíritu Santo. Esta gran nación experimentó grandes terremotos espirituales, llamados “avivamientos”. Oramos a Dios para que esto vuelva a suceder. Amén.

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