No hay nada que agrade a Dios más que escuchar la alabanza de Sus redimidos. Así como los Levitas fueron escogidos por Dios a guiar a Su pueblo a que lo adoraran y alabaran, es nuestro deseo, como coro, inspirar a la congregación a hacer lo mismo. Nosotros no somos cantantes profesionales sino que somos personas ordinarias quienes han sido lavadas en la sangre de nuestro Salvador, Cristo Jesús. Con corazones puros y agradecidos, le cantamos a nuestro Señor pues hemos sido hecho verdaderamente libres. Al escuchar estos cantos y coros de adoración, que usted también sea inspirado a adorar y alabar a nuestro Redentor.
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